lunes, 15 de marzo de 2010

Ua historia para pensar

Hace unos días una persona compartió conmigo esta historia y la verdad me gustó mucho. Así que la comparto con ustedes también. Espero que puedan sacar lecciones interesantes de ella...

En la casa de mis padres había un cuadro de un paisaje. Era un largo camino de tierra con árboles altísimos, bajo un cielo gris como a punto de derrumbarse. El camino era recto y al fondo del camino se divisaba una pequeña silueta de espaldas.

Ayer, mágicamente, me encontré caminando por esa calle arbolada, totalmente desierta, el cielo no se veía escondido tras los árboles. En el aire había olor a lluvia.

El sentimiento era de paz, de nostalgia, de emoción, de intriga… de chico siempre que miraba ese cuadro me preguntaba quién sería esa pequeña persona que se veía casi imperceptible en el fondo, por lo que no quise perder esa irrepetible oportunidad y me fui acercando.

El silencio sólo era interrumpido por el ruido de mis pasos y el de las hojas que se movían por el viento presagiando una tormenta.

Luego de un rato de caminata me di cuenta que se trataba de un chico de unos cinco años. Cuando estaba a pocos pasos se dio vuelta y se me quedó mirando sin sorprenderse ni asustarse.

Permanecimos contemplándonos. Haciéndonos dueños del tiempo. Reconociéndonos. Ese chico de cinco años era yo mismo. Yo mismo hace tantos años. Y ahí estaba. En frente mío.

Sin decir nada, como si me hubiese estado esperando, me tomó de la mano y me llevó hasta un tronco caído donde me senté. Él hizo lo mismo, pero en la tierra.

-Hola –me dijo tímidamente, mientras jugaba con unas piedritas.

-¿Cómo estás? –le pregunté.

No respondió. Solo siguió eligiendo piedritas.

-¿Sabés quién soy? –le dije

-Sí, claro –me contestó con un gesto que no dejó lugar a dudas.

Sentí que ese mágico momento no duraría para siempre y había que aprovecharlo. Me sentí responsable de muchas de las cosas que a ese nene le pasarían y tuve la necesidad de aliviarle algunas futuras vivencias…y le dije:

-Hola…qué lindo encontrarte… no quiero ser molesto, pero…hay algunas cosas que quiero decirte y que sería muy bueno para vos que te las acuerdes…. ¿sabés que?... dentro de muy poco tiempo el tío Mario te va a hacer una bromas que te van a enojar mucho y vas a tener muchas ganas de revolearle un libro. No lo hagas, porque le podés volcar una tetera de agua hirviendo encima y tu papá te va a retar tanto tanto que no te lo vas a olvidar nunca…

…y dentro de unos tres años tu hermano menor se va a agarrar un dedo con una puerta de hierro y se lo va a lastimar mucho, y le va a salir mucha sangre…y lo van a tener que llevar al sanatorio de urgencia. Acordate de esto: No fue tu culpa. ¿sabés?...no fue tu culpa aunque tu mamá diga que sí. Lo va a decir sólo porque va a estar asustada y nerviosa ¿ok?

-Sí… -me respondió sin mirarme.

-Unos años después de eso tus papás se van a separar…pero va a estar todo bien…al año van a vivir juntos de nuevo y van a ser la misma familia que eran.

El Fabio de cinco años me miraba…jugaba con la tierra y las piedritas…volvía a mirarme…me dejaba hablar…me escuchaba… continué:

-Ah… cuando estés en quinto grado no te pelees con un chico que se llama Daniel, que es dos años más grande que vos, porque te va a lastimar ¿sabés?...y….a ver…ah…sí… a los veinte años vas a conocer a una chica que se llama Marina…rubia, alta, linda…te va a encantar… ok…salí con ella dos veces solas. No…mejor tres o cuatro. Y después decile que no la querés ver nunca más …sí?

No respondió, pero yo sabía que me escuchaba…presentía que se acababa el tiempo…por eso seguí:

-Otra cosa…un día vas a tener un trabajo que no te va a gustar…y te van a pagar poco… no esperes tanto para renunciar…

Fabio dejó las piedritas, levantó la cabeza y me miró fijamente. Su expresión tranquila, inocente, infantil detuvo mi verborragia.

Tras unos segundos de silencio me dijo:

-¿Te gusta ser como sos?

-Sí… -le respondí haciendo una autorreflexión- …sí…me gusta.

Solo me sonrió…

Ahí comprendí.

-Vení, sentate acá –le dije señalando el tronco.

Se levanto y se sentó a mi lado.

-Entonces…¿vos querés ser como yo? –le pregunte.

-Sí –respondió.

Nos quedamos observándonos un ratito…hasta que le dije:

-¿Sabes que?...yo también quiero que seas como yo…así que… hacé de cuenta que no te dije nada ¿dale?

-No te escuché – me dijo –estaba pensando en las piedritas.

Nos miramos sabiendo que llegaba el momento de la despedida…se levantó y me abrazo. Sobraban las palabras. Nos miramos, sonreímos y se alejó corriendo hasta perderse entre los árboles en el fondo del camino.

Empecé a caminar de regreso… me di vuelta y le grité lo más fuerte que pude “Vamo neneee!!!”... Ojalá lo haya escuchado.

viernes, 29 de enero de 2010

Si pudiera volver atrás... Me quedo donde estoy.


 


Si pudiera volver atrás, me gustaría ir a esa edad en la que todo parecía más sencillo. Donde no había que pensar muchos las cosas y los problemas eran sólo cosas de adultos.

¿Cómo es que la vida se va complicando tanto? A ver... ¿Será que la vida es complicada o nosotros la complicamos? Quizás somos nosotros solitos los que buscamos problemas... O no hacemos nada para que no aparezcan.

El tema es que son casi inevitables  y si existe la posibilidad de evitarlos (seamos sinceros), va a ser muy raro que lo hagamos. ¿Por qué? Porque parece que preferimos la felicidad momentánea al resultado, que lo más probable es que sea catastrófico.

Pensándolo mejor, no tiene sentido querer volver el tiempo atrás y pretender que las cosas sean fáciles. No. Sería un pensamiento muy simplista, ¿no?. Mejor me quedo donde estoy. Con todas las complicaciones habidas y por haber. Pero no importa. Eso hace la vida interesante al fin y al cabo, ¿no?

miércoles, 13 de enero de 2010

Bestialidades



Algunas cosas me dan bronca y me molestan. Una de ellas tiene que ver con lo bestia que son algunas personas. ¿A qué me refiero con esto? A la ortografía, la redacción, a no saber expresarse. Si hay algo que no soporto es esto. No es que me las de experta en el tema ni que tenga una membrecía V.I.P en la Real Academia Española, pero algo sé. Y si no lo sé, lo busco, lo estudio.

Hace más de un mes me enviaron una invitación para un blog creado especialmente para quejarse sobre la Universidad Adventista del Plata (universidad a la que asistía porque… ¡ya terminé!). Como buena curiosa, entré para ver de qué se trataba. Lo primero que llamó mi atención fue la presentación del blog. Paso a “copy-pastear” para que lo puedan leer:

“Hola estudiantes y no estudiantes de la UAP (Universidad Adventista del Plata) antes de todo quiciera agradecerlos de visitarnos, nosotros alumnos de la uap estamos cansados de que no podamos hacer publicas nuestras quejas, ya que no podemos contar con un centro de estudiantes.”

Por más que me muera por dentro, les pongo el texto tal cual como está en la página. Calculo que algunos lectores perspicaces habrán notado los ORRORES.

Se dice que las primeras impresiones son las que cuentan. Yo estoy totalmente de acuerdo con esta declaración. Por más que digamos que lo que importa es lo de adentro (o la cerveza, como quieran), creo que eso no es lo primero que se ve, ¿o sí? No, no. Les pongo un ejemplo:

Un hombre vistiendo una remera sucia y unos pantalones rasgados entra en un supermercado. Las personas voltean al verlo entrar. ¿Pero por qué voltean? ¿Por su deslumbrante belleza? ¿Por su cualidades para expresarse poéticamente? ¿Por su incomparable inteligencia? No, si ni siquiera le dan tiempo a que abra la boca para probarles lo contrario. Tranquilamente esta persona podría ser el mismísimo exponente de la física contemporánea, Niels Bohr. Sí, ya sé. Eso es poco probable. Pero, ¿quién dice que no pueda suceder?

Al ver esa primera imagen, nos quedamos con eso y no vamos más allá. Juzgamos a la persona por esa primera impresión. No me digan que nunca, pero nunca jamás hicieron eso. No les creo.

Eso fue lo que hice yo al leer el blog por primera vez. Leí esas primeras cuatro líneas y ya tenía una idea formada acerca del creador del blog. “Bruto” fue lo primero que pensé. “Cómo llegó a la universidad” fue lo segundo. Seguí leyendo un poco más para ver si esas primeras impresiones eran erróneas. Pero no. Incluso había más “brutos” como él, escribiendo en ésta página de libre acceso. Todos universitarios (¿?).

Siempre me pregunté cómo es que una persona llega a la universidad con ese nivel básico de léxico, de ortografía, de redacción. Creo que es una mezcla de variables. Nuestra educación es un desastre, tanto por los profesores que no se preocupan por su excelencia profesional, por los dirigentes que no invierten en ella y por los mimos educandos que no ven motivos para perfeccionarse académicamente.


No es la idea de este post discutir sobre las razones por las cuales nuestra educación está en decadencia, aclaro.

Cuando seguí leyendo el blog, no pude evitar dejar mis comentarios. Éstos por lo visto no fueron muy bien recibidos (“Alejandra: busca esta palabra en tu diccionario: ‘PUTA’”). Mis comentarios no tuvieron nada que ver con el tema en cuestión sino con la brutalidad de casi el 95% al escribir en esa página. Les paso a detallar algunos ejemplos:



“me gusta la uap...y no soy de criticarla todo el tiempo, pero hay cosas q son verdad y no se pueden ovbiar”


“Por fin alguien hiso un lugar donde comentar estas cosas.”


“al flaco/a que escribio "argentinos tenian que ser" te comento que en todo caso VOZ fuiste el nabo que se te ocurrio venir para aca”


“la verdad que hay muchisimas cosas por quejarse,pero me parece ilogico ver tantos comentarios realmente estupidos.”


“si hablan de libertad de exprecion tengo una pregunta....”



Podría seguir enumerando ejemplos, pero creo que captaron la idea.


Una de las personas que contestó a mi comentario arguyó que ese no era un blog “científico”, por lo tanto no importaban los errores de ortografía. ¿Es esta respuesta coherente? No lo creo. Por más que no sea un blog científico, uno debería esforzarse, aunque sea mínimamente, por escribir bien. ¿Qué impresión dejan en los demás al escribir como niños de primaria? “Buena” no creo que sea el adjetivo que estamos buscando.

Deberíamos buscar estándares altos en cada aspecto de nuestra vida y tratar de superarnos continuamente. ¿No les parece?




Acá les dejo un video relacionado con el tema, pero visto desde el humor. Copien el link.

Siéntanse libres de compartir cualquier experiencia que hayan tenido con alguna “bestialidad” de este estilo.

http://www.youtube.com/watch?v=01TAQm_xvuc&feature=related